Antiguamente, esto es en los primeros siglos, la comprobación de la muerte del Papa se hacía acercando una vela encendida a los labios del Sumo Pontífice. Si la llama se movía, significaba que aún conservaba un hálito de vida, y esa misma operación se realizaba varias veces hasta que la llama permanecía inmóvil, lo que significaba que ...